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RAMONET, IGNACIO. La explosión del periodismo. De los medios de masas a la masa de medios.
Ficha Técnica
Título: La explosión del periodismo
Autor: Ignacio Ramonet
Edita: Clave Intelectual. Madrid. Primera edición, mayo, 2011
Materia: Periodismo y comunicación
Número de páginas: 158 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-84-9047-0-8
PVP: 15,00 €
En La explosión del periodismo, Ignacio Ramonet radiografía la prensa escrita en un momento en el que el ecosistema mediático ha volado por los aires a causa del impacto de la revolución digital y el desarrollo de las redes sociales.
La obsesión de los dueños de la prensa es la de no canibalizar el papel. Esta limitación paraliza su capacidad de entender lo que pasa y les impide reaccionar. Sin embargo, deben tomar decisiones basándose en los datos: muchos medios cuentan con más usuarios registrados en twitter que lectores en papel. El consumo de información online en las webs informativas supera ya al de la prensa escrita.
En EEUU, en 2010 por lo menos 120 periódicos han desaparecido. Y 40 grandes periódicos se declararon en quiebra. Caen en picado los ingresos por publicidad en prensa escrita y esta publicidad emigra a Internet, sobre todo a medios especializados ya que los anunciantes buscan un mayor impacto por coste. Los beneficios de los cuatro diarios mas prestigiosos (los Angeles Times, The Chicago Tribune, The New York Times y The Washington Post) han caído más de un 25% respecto a 1989, antes de la irrupción de internet. De igual manera puede apreciarse en Europa. Definitivamente el público ha emigrado a internet.
La consecuencia para el periodismo escrito como parte de un reajuste del gasto de las empresas es la destrucción de empleo. También ha derivado en la eliminación de corresponsalías y en un peor tratamiento de la información.
Aparte del auge de internet, hay otros factores condicionan la decadencia de los diarios de prensa escrita. La crisis económica que comporta descenso de ingresos en publicidad. La crisis estalló justo cuando el periodismo atravesaba la dolencia de un problema estructural: la mercantilización de la información. Excesiva competencia de los periódicos gratuitos, envejecimientos del lector de prensa, excesiva dependencia de la publicidad. Además, la gente ya no es fiel a su periódico. La mayor parte de publicaciones con la esperanza de abarcarlo todo y captar lectores de cualquier signo, han abierto su línea ideológica, por tanto los lectores se sienten traicionados y no se sienten obligados a cumplir ningún pacto de fidelidad. Y cómo no, uno de los peores problemas del periodismo: La erosión de la credibilidad de la prensa, como consecuencia de la oligarquía en connivencia con los poderes políticos. Como consecuencia, la función de contrapoder que debían ejercer los medios ha disminuido considerablemente. Y es en este contexto donde el auge de las redes sociales actualiza el proyecto de una mayor democratización de la información.
Las ediciones de prensa se concentran en manos de unos pocos grandes grupos, es decir, en un reducido grupo de oligarcas. Esta ola de concentraciones perjudica al pluralismo. Se exponen a los peligros que implica la mezcla de actividades tan contradictorias como la obsesión comercial y la ética de la información. Los grandes grupos mediáticos cotizan en bolsa, esto hace que los medios de comunicación que les pertenecen censuren las noticias que les pueden perjudicar. Y he aquí uno de los grandes problemas: algunos medios están convencidos de que el objetivo histórico de los medios de comunicación en las democracias es amaestrar a la sociedad, no dudan en imponer a los lectores una concepción subjetiva y parcial de la información. De hecho, está surgiendo un fenómeno nuevo: la censura democrática. La abundancia de información y su infección nos impide ver qué es lo que realmente se nos oculta.
Actualmente, el cuarto son grupos económicos y financieros y multinacionales, que son los amos del mundo; más que los propios estados. En este nuevo marco geoeconómico ha tenido lugar la metamorfosis de los medios de comunicación de masas. La globalización es también la globalización de los medios de comunicación de masas. Los grandes grupos mediáticos, preocupados por mantener sus imperios y conquistar nuevos mercados no se proponen el objetivo cívico de ser el cuarto poder, y mucho menos de actuar como contrapoder. Por ello, el autor propone crear un quinto poder. Con la función de denunciar al superpoder de grandes grupos mediáticos, que en determinadas circunstancias no solo no defienden a los ciudadanos sino que actúan en su contra.
Debido a la sobreabundancia de información, ésta se encuentra contaminada. Cada vez más ciudadanos reclaman una ecología de la información, que limpie la información de mentiras. Es necesaria menos información, pero de mayor calidad. La libertad de expresión colectiva no puede depender de un puñado de oligarcas. Y por ello, resulta urgente exigir a los grandes medios que dejen a los periodistas ejercer en función de su libertad de conciencia y no en función de los intereses de los grupos empresariales.